Escrito Por: Katherine Giraldo
El día de ayer, escribí en éste blog acerca del Desarrollo Afectivo y de la importancia del mismo en nuestras vidas.
Sin embargo, el artículo del día de hoy, quiere abarcar el mismo tema, pero en un contexto mucho más amplio.
Sabemos que el desarrollo afectivo, se basa justamente en el afecto que debemos tener hacia nosotros mismos, por medio del desarrollo de aspectos claves como la autoaceptación, la autoestima, el autorrespeto, y demás…
Lo que ayer no dije, es que el afecto no sólo debe ser hacia nosotros mismos, sino que también debe estar presente hacia los demás.
Y la manera de evaluar el afecto que tenemos hacia otros, tiene mucho que ver con los aspectos que nombré en el desarrollo afectivo 😉
Normalmente creeríamos que simplemente amar, estimar o querer a alguien, es suficiente para concluir que sentimos afecto hacia esa persona…
Y la verdad, es que no sólo es necesario el amor, sino también otros principios básicos de relaciones interpersonales.
Algunos de esos principios son: Respeto, sinceridad, reconocimiento, aceptación, valoración, ayuda en su superación, entre otros.
Como ves, no sólo el amor juega un papel importante, sino también toda una rama de valores personales en nosotros, a la hora de relacionarnos con los demás.
Así que, en base a esto, te darás cuenta que muchas personas creen sentir afecto por otros, cuando realmente falta un ente importante en la relación.
Piensa por ejemplo en el padre que ama a sus hijos, y está dispuesto a dar la vida por ellos… Pero que al mismo tiempo, no respeta sus decisiones. Ya sea que el niño no quiera comer lo que le están dando de comida, o que no quiera ir a misa, o aún cuando ya es un adolescente y decide ser homosexual.
¿Ves? No está en duda el amor del padre, porque supongamos que lo demuestra. Pero el respeto, no hace parte de la relación, y por lo tanto, con toda seguridad ese padre y ese hijo, no se llevan bien.
Entonces, el desarrollo social se da cuando aprendemos a sentir afecto, no sólo por nosotros mismos, sino también por los demás.
Y si acaso hubiese alguna persona en nuestras vidas, con la cual simplemente no nos sentimos capaces de expresar afecto, ya sea porque no nos cae bien, o no estamos de acuerdo con sus ideas y se nos hace difícil respetar y aceptar la libertad de expresión y de pensamiento… Pues la solución, es simplemente apartar a esa persona de nuestro lado.
No vale la pena rodearnos de personas por las cuales no sentimos afectos y a las que no somos capaces de respetar, de amar, de valorar, de ayudarles a superarse y de aceptar, al mismo tiempo.
Lo mismo aplica en el caso contrario, cuando somos nosotros los que no recibimos eso de las personas que nos rodean, los que no contamos con el afecto de los demás, para lo cual es mejor simplemente retirarse.
Así como para el desarrollo afectivo es vital que todos estos aspectos estén en conjunto de la mano, también lo es para un buen desarrollo social, no sólo sincero sino también sano apra cada una de las partes.
Lo único que resta, es detectar si realmente sentimos afecto por aquellos que hacen parte de nuestro entorno, y si recibimos de igual manera el afecto de ellos hacia nosotros.
En base a esto, habrá decisiones por tomar para mejorar la relación interpersonal.
Y claro, para todos puede que la solución no caiga en el extremo de alejarse, pero lo seguro es que sí tendrán que cambiar varias cosas para que todo funcione a la perfección 😉
El caso finalmente, es que así como es importante nuestro propio desarrollo afectivo, también es importante el desarrollo social-afectivo que tengamos con los demás. Las razones, creo que son obvias 🙂